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Tiempo de levantar la cabeza, hacer bien las cosas y diversificar en electrificación.
Vuelvo de la IV Cumbre de autoconsumo de UNEF (más de 400 asistentes y 30 ponientes en 7 mesas de debate, donde tuve la oportunidad de participar en una de ellas) con todas estas sensaciones:
El sector sigue en su montaña rusa (rollercoaster) particular (la suncoaster, como decía alguien). Ahora estamos de bajada. Venimos del punto más alto que hemos vivido hasta ahora: 2500MW de autoconsumo en 2022, bajamos a 1700MW en 2023, y este año seguirá bajando. Es pronto para hacer una estimación, pero seguro que estaremos en un valor que ya hubiéramos soñado hace sólo 3 o 4 años.
¿Quién se sorprende ahora que vayamos en una “suncoaster”? Ha habido mucha nueva empresa, y algunas no han calibrado bien dónde y cómo se metían. Esto nos lleva ahora, claro, a una contracción de empresas. En este contexto, la atención postventa es clave, no sólo para mantener clientes, también para atraerlos.
Era post-subvenciones: no volverán subvenciones como las que hemos tenido en los últimos 2 años. Nos fue bien (demasiado bien) para llegar al récord de los 2022, pero hay sensación general de hartazgo: se colapsaron las administraciones, y las empresas de ingeniería hemos tenido que dedicar una cantidad ingente de horas a preparar las solicitudes, y luego a justificarlas. Y encima ahora preocupan los retrasos para cobrarlas. No más, por favor.
Señal de precios que desincentiva el autoconsumo y el despliegue de renovables en general: venimos de días con precios en horario solar muy bajos, incluso negativos. Esta situación no es sostenible si queremos desplegar el PENIEC y seguir con la transformación energética. El Gobierno debe hacer los cambios oportunos para que haya una señal de precios adecuada (un floor seguramente), e incentivar la instalación de baterías. En mi opinión: se habla demasiado de concursos y subastas de capacidad para baterías y autoconsumo, lo que dará negocio a los grandes de siempre, y no a las pequeñas y medianas empresas. Que busquen otros mecanismos por favor.
Diversificación en electrificación: no podemos quedarnos sólo en ofrecer autoconsumo. Ahora que podemos levantar la cabeza, las empresas debemos acompañar a los clientes con el resto de las tecnologías que van de la mano en la transición energética: aerotermias, cargadores de vehículo eléctrico, pérgolas, baterías. Todo esto ayudará a la electrificación, tan necesaria para la eficiencia energética, y también para la estabilidad del precio del mercado eléctrico, lo que en definitiva es un mejor contexto para el autoconsumo, se retroalimentan.
Fiscalidad que incentive. No habrá más subvenciones como las del NextGen, pero el sector ha reclamado que haya incentivos fiscales, y en mi opinión debe haber incentivos especiales para baterías, y que sea con mecanismos sencillos: por ejemplo, IVA reducido del 10% para autoconsumos sin batería, y un IVA del 0% para autoconsumos con baterías. Y para empresas incentivos fiscales equivalentes (vía impuestos de sociedades, por ejemplo).
Ampliación de la compensación hasta los 450kW: se habló también de poder ampliar el rango de compensación de los excedentes hasta los 450kW (a partir de esa potencia REE interviene), para que se benficien también las empresas medianas.
Necesitamos baterías y otros sistemas de almacenamiento (en la mesa que participé se habló también del almacenamiento químico, aprovechando el excedente eléctrico para generar otras fuentes de calor y energía), que deben ayudar a corregir la famosa curva de pato (hoy ya curva cañón) y por lo tanto corregir la señal de precios, pero también para dar estabilidad técnica a la red: hoy ya estamos teniendo apagones de instalaciones fotovoltaicas porque los distribuidores no pueden mantener el rango de tensión óptimo en la red, y los inversores se paran.
Se habló de inteligencia artificial, muy necesaria para obtener todas las potencialidades que nos dan las baterías (ciclos de descarga en función del precio del mercado eléctrico, peak-shaving, agregación de demanda, etc), y también para la gestión de las comunidades energéticas. Las empresas ya estamos implementando la inteligencia artificial en procesos de ingeniería y marketing digital, y la administración no puede quedarse al margen, debe implementar esta tecnología para ser mucho más eficiente, teniendo en cuenta el volumen de proyectos que hoy se manejan, porque vemos que hoy la administración está siendo un freno de la transición energética.
Sensación de día de la marmota con el autoconsumo compartido. Cada año se escucha el mismo discurso de la CNMC, de que se están realizando reuniones con todos los agentes para eliminar las barreras y agilizar los trámites, que permitan de una vez el despliegue de las comunidades energéticas. Y estamos así desde que se aprobó el decreto de autoconsumo RD 244/2019. ¡Ya hace 5 años!
Y se habló también de calidad. De hacer las cosas bien. Siempre digo que nosotros no montamos placas, montamos sistemas de energía que tienen que funcionar correctamente durante al menos 25 años. Se habló del Sello de Calidad del autoconsumo de UNEF, un sistema de calidad auditado por empresas independientes. Es una herramienta más que tenemos las empresas en nuestra senda para la excelencia. No tenerlo no quiere decir que no se puedan hacer las cosas bien, pero tenerlo te dará seguro más herramientas para hacerlo mejor; y aunque en el último año ha aumentado el número de empresas, somos todavía demasiadas pocas que lo tenemos.
En resumen, ¿podemos considerar esta nueva era de post-subvención como la de la consolidación del autoconsumo? Me temo que no, que seguiremos en nuestra suncoaster particular, que por otro lado es apasionante, ¿no os parece? Levantemos las manos y disfrutemos del viaje.
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