Anar a la versió en català
Recientemente he leído un par de reportajes muy interesantes sobre la fusión nuclear, uno en The New York Times, titulado Inching Toward a Fusion Energy Future, y otro de hace unas semanas en El País Semanal, Instrucciones para construir el sol. Y es que la fusión nuclear va de esto, de replicar lo que hace nuestro astro aquí, en la Tierra: fusionar átomos de hidrógeno para crear helio, cuya reacción genera una cantidad ingente de energía. Dicho así, en una frase, puede parecer sencillo, pero nada más lejos: es extremadamente complejo, y de difícil alcance para nuestro conocimiento científico. Más abajo veréis un vídeo explicativo del ITER.
Ambos reportajes dan una perspectiva idéntica de la situación: a los grandes proyectos promovidos hace años por los países más desarrollados (ITER, principalmente) se están sumando los proyectos de pequeñas start-ups promovidas por millonarios como Bill Gates, entre otros, que están aportando líneas de investigación más dinámicas, lo que se traduce en “más chutes a portería”, más oportunidades de conseguir al objetivo último de dominar y hacer viable la fusión, pero todavía estamos lejos de conseguirlo.
Reconozco que el tema me incomoda un poco. Como apasionado de la técnica, la tecnología y las fuentes de energía, no puedo estar en contra de la investigación e innovación, pero en cuanto a la fusión nuclear se refiere, tengo mis reticencias. No tanto por si será posible o no, y cuando sería esto posible (si lo es), sino porqué creo que la fusión nuclear es una apuesta tecnológica dilatoria de la transformación energética en la que hoy estamos inmersos; el intento (que hoy parece ya desesperado) de países y grandes empresas para mantener la hegemonía energética y el poder centralizado sobre la generación de energía, y que ésta siga gestionada por unos pocos países y las grandes corporaciones.
Hoy, que el autoconsumo fotovoltaico se está disparando en todo el mundo, que la energía fotovoltaica ya es la manera más barata de generar energía, la que está creciendo a un ritmo más alto, se ponen en evidencia todos estos esfuerzos por desarrollar la fusión nuclear. Debemos cuestionarnos si ese esfuerzo merece la pena, si no sería más pertinente destinar estos recursos a lo que sabemos que ya funciona, y entender qué intereses hay detrás de ello.
El autoconsumo es darle la oportunidad a todo el mundo a generar la energía en su propia casa, y compartirla con sus vecinos. Es darles la caña de pescar. Con la fusión nuclear (y la fisión nuclear, que es lo que se hace en las actuales centrales), en cambio, es decirle a todo el mundo que la generación principal de energía seguirá en manos de unos pocos, que deben seguir comprando el pescado en las grandes piscifactorías.
Ya sé qué dirán algunos, que con el autoconsumo y las renovables no es suficiente. Pero lo es. O lo debería ser. Las reacciones de fusión nuclear que se producen el Sol nos llegan a la Tierra en forma de radiación, y representa muchísima energía, muchas más de que necesita o necesitará nunca la humanidad. Representa más de 7.000 veces el consumo mundial de energía primaria. ¿Debería ser más que suficiente, no? Pues todavía no lo es, porque no lo estamos haciendo al ritmo que deberíamos. Hace falta, claro, invertir más en infraestructuras, en redes inteligentes, en baterías y otros sistemas de acumulación, etc. Queda mucho por hacer, pero es un camino de certezas, porque sabemos que funciona. Sólo es cuestión de ponernos más en ello.
Con tanto trabajo por hacer, ¿por qué, entonces, nos ponemos a invertir tantísimo dinero hoy en la fusión nuclear? Sumemos. Alemania: ha lanzado un plan de investigación de 1.000 M€ hasta el 2028. China: gasta al año unos 1.500M€. EEUU: su Congreso aprobó para este año una inversión pública de 1.480M€, además del sector privado, que suman 7.100M€ más (Jeff Bezos, Bill Gates y empresas como Google). UK: 14.000M€ para 5 años. El ITER (impulsado por 35 países), empezó con 6.000M€, y ya van por encima de los 20.000M€. Estamos pues en más de 50.000M€ sólo en próximos 5 años. Y todo esto por un camino incierto, mientras estamos en emergencia climática.
Con la fusión (y lo mismo digo de la nuclear convencional, la de fisión) me pasa que la veo hoy innecesaria. Me pregunto, ¿por qué gastar tanto dinero? ¿Por qué complicarnos tanto la vida? ¿Qué necesidad hay, si ya podemos aprovechar el reactor del Sol? A nadie se le escapa que detrás de la energía nuclear hay intereses ocultos, que en su desarrollo se esconden intereses militares, de controlar una tecnología que puede decantar las balanzas de poder y hacer ganar guerras. Poco tiene esto que ver con la energía.
De la fusión también dicen que será una energía segura, en la que no pueden ocurrir los accidentes como los que hemos visto en las centrales de fisión nuclear (Fukushima, Chernóbil, entre otros). Pero si con la fusión estamos hablando de reproducir la reacción que se produce en el sol, que se requieren más de 100 millones grados y unas condiciones extraordinarias de presión y aislamiento, ¿cómo garantizamos que esto será seguro? Ah, claro, es que lo harán sólo los grandes centros de producción, los hermanos mayores (o el primo de Zumosol, si lo prefieren). No será tan fácil, ni tan seguro me temo.
Los humanos llevamos desde hace más de 70 años intentando generar energía a partir de la fusión nuclear, y es todavía muy incierto cuando tendremos los primeros generadores comerciales operativos. Algunos hablan de 2040, o de 2050. Si llegan. En cualquier caso, no podemos esperar, por la emergencia climática, insisto.
En el artículo del NYT leemos sobre la fusión nuclear: Estamos más cerca que nunca. Ahora bien, más cerca que nunca tampoco significa que estemos cerca. La historia de la fusión es un cementerio de plazos incumplidos e hitos frustrados, de estallidos de entusiasmo seguidos de decepciones traumáticas.
Elon Musk es un personaje de opiniones a menudo extremas y abyectas a las que me opongo totalmente (no hace falta ahora empezar a enumerar, ya sabéis a lo que me refiero), pero cuando habla de temas técnicos e ingeniería, la cosa cambia. Su mente analítica y científica, cuando trata estos temas, me parece brillante. En este vídeo le preguntan su opinión sobre la fusión nuclear, y resume exactamente mi punto de vista:
Lo intento traducir: Creo que ya tenemos un reactor de fusión gigante en el cielo, que se llama Sol, que sale todos los días, convierte alrededor de cuatro millones y medio de toneladas de masa en energía cada segundo, y no requiere mantenimiento. Es asombroso. No hay que reabastecerlo ni mantenerlo, simplemente está ahí. Así que mi recomendación para la fusión es la energía solar y las baterías. Podemos alimentar fácilmente toda la Tierra solo con energía fotovoltaica y baterías. Sé que no es fácil, pero hay un camino muy claro para hacerlo, y no se requieren milagros, solo trabajo.
No miracles, just work. Pues eso.
0 comentarios