Anar a la versió en català
Se tiene que viajar para aprender, que decía Mark Twain. Y es lo que hemos hecho estos días yendo al norte de Europa, haciendo de viajeros fotovoltaicos. Coincidiendo con el encuentro bianual que realizamos todas las empresas del grupo Soltech, una parte del equipo de SUD Renovables visitamos de la mano de nuestros compañeros suecos varias instalaciones que han hecho cerca de Gotemburgo, que es donde se hacía la encuentro del grupo. A continuación os comparto lo más destacado:
Fachadas fotovoltaicas, o BIPV (Building Integrated Photovoltaics)
Las primeras dos visitas las hicimos de la mano de los compañeros de la empresa especializada en realizar cerramientos y fachadas solares, Fasadsystem, que nos enseñaron en primer lugar una fachada de un bloque de viviendas de Gotemburgo, hecha con cristales fotovoltaicos opacos que presentan tonalidades de colores en consonancia con el resto del edificio. Aparte de la cubierta que da a sur, que es con paneles fotovoltaicos, la fachada que da a norte presentaba las mismas características de diseño, por lo que se optó por poner unos cristales idénticos pero que no eran solares.
La segunda visita fue a la ciudad vecina de Mölnlycke, donde los mismos compañeros de Fasadsystem realizaron una gran fachada fotovoltaica en un parking, con paneles semitransparentes de colores, montados en perfiles de aluminio en ángulo, lo que le da una geometría estética que permite la ventilación natural del espacio. Lástima que durante la visita no hiciera sol, porque se ve que con la luz del sol en su interior se proyectan luces con los colores de los cristales, y es un gran espectáculo. El cableado y los conectores quedan escondidos en los perfiles metálicos, bajando hasta una sala cerrada donde se encuentra el inversor.
Estos paneles fotovoltaicos lógicamente son menos eficientes y mucho más caros que los convencionales, por eso es necesario mirarlos con otros criterios que los puramente económicos y energéticos. No se trata de una inversión en una planta fotovoltaica que deba tener un retorno mínimo, sino de una solución arquitectónica que prima la estética, donde el panel fotovoltaico forma parte de la misma «piel» del edificio, y que además permite que el edificio pueda generar electricidad. En el caso de la fachada del primer edificio, que mira a norte y no es fotovoltaica: ¿se mira su retorno económico? Claro que no. Habría que plantear estos proyectos valorando el sobrecoste que representa el hecho de que el vidrio sea fotovoltaico respecto del que no lo es, y si esto entra en el presupuesto global, teniendo en cuenta que amplía las funcionalidades del edificio, pues adelante.
Parque de baterías para el mercado de flexibilidad eléctrico (BESS)
Después fuimos con los compañeros de la empresa Soltech Energy Solutions (SES) a visitar el parque de baterías (Battery energy storage system, BESS) de la marca Huawei, que suma una capacidad total de 14MWh (y que en breve amplían a 20MWh) que han instalado junto a una subestación eléctrica cerca de la ciudad de Varberg. En este caso se trata de una instalación de baterías «stand alone», sin una generación renovable asociada. Es lo que estamos esperando que se pueda hacer en España en los próximos meses o años, a que se regule el mercado de gestión de la red gracias a estas baterías, que operan ofreciendo estabilidad a la red eléctrica, en un mercado de la flexibilidad de la demanda y del consumo, como hablaba en un artículo anterior.
Y finalmente seguimos con los compañeros de SES, que nos enseñaron 2 parques fotovoltaicos sobre terreno, uno de 5,5MWp y otro de 11MWp, ambos con estructura fija orientada a sur, con sistema de hincado directamente en el suelo e inversores de string. En este caso, no se trata de instalaciones singulares, al contrario, son instalaciones muy habituales en toda Europa. Sólo sorprende verlas con tanta normalidad en Suecia, rodeadas de bosques, en un país con mucho menos sol que en Cataluña, y en cambio sea tan complicado poder hacerlas en nuestra casa, donde tenemos una normativa muy adversa y una administración que en el mejor de los casos dilata los plazos hasta puntos desesperantes. «Esto no es Suecia», que decía una premiada serie de TV3. Y en temas solares, no debería costarnos tanto.
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